Fondation Moi pour Toit

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Alba Flores, Penélope Cruz y otras grandes estrellas brindan por un mundo mejor
Par: Fondation Moi pour Toit
Dans:Presse
Le 2 Nov 2022

El fotógrafo Gérard-Philippe Mabillard reúne a más de 150 artistas, en su último libro, con el fin de recaudar fondos para Moi por Toit Fondation.

Cuando era pequeño, en su Suiza natal, desde que llegaba la primavera su casa se abría de par en para los amigos. “Recuerdo aquellas tardes y noches en las que alrededor de una copa de vino los mayores hablaban, reían y se celebraba la vida”, rememora Gérard-Philippe Mabillarda raíz de la presentación de su libroThe Stars’ Share. La Part de Etoiles (teNeues). Desde entonces, este artista, embajador de los vinos de Valais, ha encontrado en el brindis su forma de acercarse a los otros. “Uso la copa de vino como un símbolo poderoso que une a la gente”, explica mientras degusta una. Él busca la “poesía de la existencia”. “Cada fotografía de este libro es un testigo de la unión con artistas de diferentes campos, las conversaciones en torno a esa copa. Los momentos que se comparten mientras se mira al horizonte o al cielo, a las estrellas”. Más de centenar y medio de personajes de la categoría de Willem Dafoe, Quentin Tarantino, Oliver Stone, Laura Chaplin, Alba Flores, Javier Bardem o Penélope Cruz se han dejado retratar, sin apenas pensarlo un segundo, entregados a la causa por la que Mabillard recorre el mundo con su cámara: los niños y niñas colombianos, en situación de vulnerabilidad, que ayuda desde más de 12 años a través de Moi pour Toit Fondation. Los beneficios de la venta del libro son íntegros para esta asociación. “Son muy generosos conmigo, nunca he tenido problemas en conseguir que compartan esos momentos”. Él desconoce de las arduas negociaciones que los medios necesitan para que personajes de esa magnitud se dejen fotografiar: “Cuando les cuento la labor que hace la ONG de Christian Michellod [fundador de la fundación] todos participan con alegría”.

Portada de The Stars’ Share. La Part de Etoiles (teNeus), de Gérard-Philippe Mabillard. ©️GÉRARD-PHILIPPE MABILLARD

Mabillard y Michellod se conocieron también alrededor de una copa de vino. El fotógrafo, cuya carrera ha estado muy ligada a Clavin Klein, y el periodista deportivo querían hacer un mundo mejor, o más concretamente, querían que los niños colombianos más desfavorecidos tuvieran un presente digno para alcanzar un futuro que solo fuera dictado por sus aspiraciones, no por la situación económica que les rodeaba. Michellod trae a la memoria aquel tren que se quedó parado en su primer viaje a Colombia, hace casi cincuenta años. “Entre Bogotá, capital andina a 2.600 metros, muy cerca de las estrellas, y Santa Marta, que posee ese olor húmedo del Caribe”. Mientras su mente de joven aventurero divagaba sobre sus próximas gestas “de una choza de cachivaches y techo de paja, salió una niña vestida con su única piel, rubia con el pelo desordenado, magnetizada por este monstruo de hierro. Se acercó a mi coche, pegó la nariz a la ventanilla y me miró”. Aquel encuentro se le quedaría prendado en el corazón, como una epifanía. Años después, en 1987, junto a su esposa adoptaría a su primer hijo colombiano. Más tarde, llegaría el segundo a la familia y décadas posteriores, 10.000 niños más, gracias a la labor de su fundación, creada tras ser padre.

Niñas de Moi pour Toit Fondation. ©️GÉRARD-PHILIPPE MABILLARD

“Le llaman Papá Christian”, nos comenta el fotógrafo, que tras conocer hace más de doce años a este filántropo, en Suiza, voló hasta el país latinoamericano para visitar la ONG y tomar las primeras fotografías. Vivir de primera mano la labor que había realizado su amigo, le cambió todos sus esquemas vitales. Aquellas conversaciones bajo las estrellas del Cantón del Valais se transformaron en sonrisas ingenuas y miradas inundadas por la esperanza. Mabillard se emociona hasta las lágrimas al recordar ese primer encuentro: “Cientos de niños vinieron a saludarnos. Todos corrían hacia Papá Christian. Todos felices”. ¿Cómo no poner sus contactos y su arte a disposición de tan grande misión? No ha sido el único, Laura Chaplin, nieta del legendario actor y director tampoco pudo resistirse. Su incorporación fue también mágica: “Estábamos en un bar, en el aeropuerto de Suiza, esperando a que saliera el avión que iba con retraso por la nieve. Una mujer nos invitó a unas cervezas y salió la conversación al mencionar el destino al que nos dirigíamos. Era amiga de la familia Chaplin”. Semanas después, el
fundador se reunió con la artista que encantada se subió al proyecto como madrina.

Gérard-Philippe Mabillard. ©️BENNY TÂCHE

“Cuando trabajaba para Clavin Klein las sesiones de fotos eran larguísimas, rodeado de un montón de gente que no sabías muy bien qué hacía allí”. Por eso, ahora, tan solo necesita de su cámara, del personaje y de la luz. “No están retocadas. Se dispara en el momento oportuno y ya está”. Desvela que en torno a ellas hay más conversación que trabajo fotográfico. “Jean Dujardin me abrazó maravillado cuando le dije a los 10 minutos que ya habíamos acabado. No daba crédito a que tuviera la imagen en tan poco tiempo. Pero es que en realidad no necesitas más”. Desde que tiene uso de razón siempre ha tenido una cámara entre sus manos y la necesidad de capturar el momento, como un cazador de sueños. Ya sea por su manera de ser, calmada que invita a confiar en él, ya sea porque previamente se ha creado un vínculo alrededor de una copa de vino, todas sus imágenes respiran complicidad. Todas muestran a los artistas en estado de gracia, convirtiendo al espectador en un voyeur que se ha colado en un momento íntimo de aquella persona.

Christian Michellod, fundador de Moi por Toit Fondation. ©️GÉRARD-PHILIPPE MABILLARD

“Javier [Bardem] es increíble. Tiene una energía y una vitalidad que se contagia. Congeniamos en seguida y entendió que quisiera hacer la foto en el campo, persiguiendo una nube que flotaba en el horizonte. Cuando me dijo que su familia estaba de camino, no pensé de verdad que aparecería Penélope Cruz”. Lo hizo y cuando su marido le explicó para qué eran aquellos retratos, la actriz se conmovió sincera y no dudó en hacer de modelo para el fotógrafo. En su copa puso flores en lugar de vino. “Su ternura, su extrema belleza me dejaron sin palabras. Es sofisticada y sencilla a partes iguales. Fue inspirador colaborar con ellos”. Con Alba Flores también tuvo una conexión muy bonita: “Me la presentaron en la residencia española del embajador de Suiza. En seguida me quedé prendado de su fuerza y de su aura. Es una mujer muy especial y muy tímida”. En una de los momentos de aquella sesión, Mabillard aún más cohibido que la actriz necesitó colocarle el cabello para la instantánea. “Ella se me quedó mirando y me dijo que nunca había conocido a un fotógrafo tan delicado como yo”. Para captar a Ágatha Ruiz de la Prada voló hasta Mallorca. Son amigos desde hace muchos años, así que
todo fluyó como un juego y con el Mediterráneo de fondo retrató a la diseñadora. Se acuerda de Oliver Stone: “Estaba en ese momento con un proyecto sobre Putin, así que hablamos bastante de política”. Ama cada una de las fotos. Adora a todos los personajes que le han servido de modelo, tanto a los niños de la Fundación, como a las megaestrellas. Opina que no siente mucha diferencia cuando fotografía a un hombre o a una mujer, aunque la selección de retratos femeninos que hemos realizado para Glamour le gusta sobremanera. De todas ellas, hay una que es su debilidad, no puede evitarlo. “Estaba en Bali, en Ubud. La había visto un par de día antes y me había quedado fascinado. Su elegancia, su forma de hablar, de moverse. Conseguí que me la presentaran. Sus arrugas en las manos y en el rostro narraban toda su vida como si de un libro se tratara ». Aquella abuela balinesa tomó una copa llena de pétalos de flores entre sus manos y miró directa al objetivo del fotógrafo. “La imagen respira una paz y una humanidad que hace que sea mi preferida”. La botella de vino se queda vacía repartida entre las tres copas en torno a las que hemos realizado la entrevista. Mabillard y Michellod las alzan hacia las estrellas y brindan por un mundo mejor. El que ellos intentan construir.

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